Anecdotario de Narek Peluqueros

Me he permitido reproducir esta interesante anécdota titulada: Mi peluquero y la crisis. Está genial. Pongo el enlace del blog para quien lo quiera visitar:
http://ernesto51.wordpress.com/2009/07/04/mi-peluquero-y-la-crisis/
Pues como decía, hoy el tema ha sido la crisis, y ha comenzado con la afirmación con la que abre siempre sus debates: “yo soy bastante ignorante, ya sabes que de enseñanza de colegio me quedé en las cuatro reglas y el Miranda Podadera, y lo poco que se es por lo viejo y lo vivido“. y ya entonces vamos al meollo de la cuestión, que le parece a él que esto de la crisis nos lo cuentan “raro”, vamos, que no es así; cuando hablan de ella, lo hacen como si fuera un fenómeno meteorológico, algo ajeno a las actuaciones humanas, “parece que ha pasado lo peor”, “en el centro de Europa ya se está recuperando la situación”, “a final de año es espera que la mejoría vaya llegando al resto de los países”… ¡coño! si parece que están hablando de una tormenta con lluvia. Que no, que no es así, dice mi peluquero, que la que tenemos encima se debe a malas gestiones, corrupciones, enriquecimientos fraudulentos y un sin fin de prácticas, más o menos delictivas, efectuadas por gentes concretas, con nombres y apellidos, aunque se escondan detrás de sociedades, bancos y otras instituciones financieras, mercantiles o del tipo que sean.
Y me sigue sorprendiendo cuando pasa a otro punto de vista sobre el asunto: ¿leerías el artículo de Javier Marias, del País Semanal del domingo pasado?, me suelta a bocajarro mi peluquero; le contesto que no (en voz demasiado baja) y tras la esperada apostilla: “joer, con los cultos, si van a ser más ignorantes que yo”, me cuenta las “verdades como puños” que escribe y qué, por supuesto, él ya había pensado antes, así me las resume casi esquemáticamente: mucha crisis y mucho paro, pero seguimos haciendo puentes y celebrando las fiestas patronales en todos los pueblos (¿a nadie se le va a ocurrir modificar esto como medidas contra la crisis?); y los que ganan poco más de 1.000 euros y tienen que ir a Cáritas a que les den de comer porqué ellos tienen que usar el dinero en pagar la hipoteca y las letras del coche. Vamos que está claro que muchos viven por encima de sus posibilidades y pretenden seguir haciéndolo.
Ya con el pelo bien cortado, la barba recortada y debidamente informado sobre la crisis, me despido de mi peluquero hasta la próxima y lo primero que hago, al volver a casa es leerme el artículo de Javier Marias. Por cierto, os dejo el enlace por si quereis echarle un vistazo; la verdad es que no tiene desperdicio, como mi peluquero.
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